martes, 2 de agosto de 2011

Cómo elegir la carrera

Pienso que cuando sales del colegio o el instituto, con dieciocho añitos, no tienes madurez para elegir a que te vas a dedicar el resto de tu vida (aunque no podemos quejarnos, en Alemania, separan a los niños a los once años entre los que irán a la Universidad y los que no, según sus “capacidades intelectuales”, algo duro para un chico/a en esa temprana edad). Pero no nos pongamos trágicos, la verdad es que eligiendo tu carrera tomas la primera decisión importante de tu vida profesional, pero no la definitiva. La vida te va llevando poco a poco, y quedan muchas decisiones por tomar: hacer o no un posgrado, cuál, en qué especializarte, en qué empresa comenzar tu carrera y un largo etcétera de decisiones y/o casualidades que irán forjando tu camino hacia el futuro.


En mi caso, yo no sabía lo que quería, pero como suele ocurrir, sí sabía lo que no quería. No quería ver más números en mi vida. Quería una carrera de letras, como se suele decir. Rondaron muchas carreras por mi cabeza: Psicología, Periodismo…y finalmente me decanté por Derecho. Supongo que la gran tradición de juristas que existe en mi familia y el verla, por aquel entonces, como una de las consideradas carreras “serias”, hizo que la balanza cayera al lado jurídico.

No me he arrepentido nunca de realizarla, la considero una carrera que te aporta mucha cultura y una gran base para todo. Tiene asignaturas interesantísimas como Derecho Internacional, Comunitario o Derecho del Trabajo; y otras que me atrajeron muchísimo desde el principio, como Constitucional o Filosofía del Derecho. “Las que no le gustan a nadie”, como me decía siempre un amigo mío, o “las bonitas, pero, que no dan dinero”, como me decía mi profesor de Constitucional. Parece que de las asignaturas que me gustaban no se podía vivir, de ellas se habla, se debate, se filosofa (cosas que me encantan) pero lo que nos encontramos en la vida diaria son conflictos civiles (divorcios, herencias…) o mercantiles (concursos, fusiones…). Parece que los artículos de nuestra Constitución no interesan en el día a día, y ya no digamos lo que dijeron unos filósofos, con nombres impronunciables, hace muchos, muchos años.

Pero bueno, Derecho es una carrera polivalente que te puede abrir muchas puertas muy diferentes entre ellas. No todo queda en ser abogado de toga, como algunos piensan. Sin embargo, cuando acabé la carrera y empecé a plantearme a que me iba a dedicar en la vida, unido a la desoladora situación que asolaba España, me vi perdida.

Probé oposiciones, pero estar todo el día encerrada en casa sin ver otra cara que la mía ante el espejo (y no en sus mejores momentos), no era lo mío, gracias. Estuve trabajando en un despacho de abogados, en el que aprendí mucho y les agradezco la oportunidad, pero algo me decía que los juzgados, papeleos, plazos y demás parafernalia tampoco eran para mí. Además, el pensamiento de no haber estudiado otra carrera como, por ejemplo, psicología, cada vez llamaba a mi puerta con más insistencia, y aunque me esforzaba en apartarlo de mi mente, parece que no tenía la más mínima intención de abandonarme.

La verdad es que quería trabajar en una empresa, en una gran empresa, joven, dinámica, con objetivos y donde poder aplicar tanto mis conocimientos jurídicos como temas más relacionados con la psicología, para quitarme por fin la espinita. Os imagináis entonces en qué decidí especializarme ¿no? Pero eso se merece un post completo del blog. Blog que me está sirviendo, por cierto, para cerrar el círculo de mi vida ya que, como os he contado antes, también me planteé estudiar periodismo y, siempre, siempre, me ha gustado escribir.

Con todo esto quería contaros que elegir la carrera es, por supuesto, una decisión difícil y que marcará gran parte de tu vida, pero ésta es larga y puedes cambiar de rumbo, dar otro enfoque o completar tu carrera profesional cuando te apetezca, si tienes motivación y ganas. No desaproveches los estudios y experiencias que ya tienes, relaciónalos y complétalos con aquello que te guste y satisfaga. Y, sobre todo, si algo te gusta HAZLO, no te quedes con la espinita, porque todo te puede servir el día de mañana, aunque ahora no lo veas "los puntos siempre se conectan", cómo nos explica el gran Steve Jobs en este magnífico vídeo.

                       

Yo, finalmente, he conseguido ir conectando mis puntos. Y tú, ¿te atreves?

2 comentarios:

  1. Me encanta como has conseguido explicarnos tu recorrido, tu toma de decisiones y sobretodo como has conseguido siempre ver el lado positivo de las cosas. Te conozco desde hace muchos años y eres para mi una de esas amigas que todo el mundo querría tener.
    La gente que no te conozca y lea esto, comprenderá bien tu recorrido, pero creo que también deben conocer como has ido enfrentándote a todo ello; y que por supuesto, todo esto no ha sido tan fácil. Cuando comienzas a opositar y parece que ese iba a ser tu futuro, todo cambió. De nuevo estás como al principio, pero en vez de hundirte, decides probar con la opción de ejercer de abogada. Te gusta pero ves que puedes llegar más lejos y decides estudiar un master. No sólo lo has hecho, sino que has sido de las primeras de tu promoción. Por todo esto te mereces las prácticas que has conseguido y seguro que llegas muy lejos.
    Un beso enorme. Pili

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  2. Me resulta muy gratificante leer este blog al que he accedido por mediación del perfil Instituto de Estudios Cajasol.
    Soy un empresario que me dedico al comercio, tendero de toda la vida, deje los estudios en el instituto cuando tenia 14 años y me puse a trabajar como tanta gente, creo que el abandono escolar esta en el treintitantos por cien, y después de 16 años trabajando en la empresa familiar, decidí dar el paso intentar aprobar el acceso a la universidad + 25, y estudiar ADE.

    Aprobe el acceso y ahora compagino trabajo y estudios universitarios, gracias al apoyo de toda mi familia.
    No me arrepiento de nada, es muy curioso el enfoque de los contenidos desde un punto de vista de una persona que ya ha trabajado.

    Me he visto reflejado en cierto modo en tu blog, y me ha dado bastante animo.

    Gracias
    Manuel Vazquez

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