En alguna red social o en algún recóndito post del mundo 2.0
leí la siguiente frase: "ponte a hacer ese blog al que tú mismo te
suscribirías". Así era la frase, en imperativo, como nos gusta hablar
a los españoles. Pero la verdad, ese imperativo me animó a ponerme manos a la
obra y dejar atrás los miedos o dudas que surgen cuando te planteas escribir un
blog "no estoy suficientemente preparada para hablar del tema"
"hay millones de profesionales que saben de Recursos Humanos más que
yo" y un largo etcétera de excusas.
Evidentemente son ciertas las dos anteriores afirmaciones
pero es más cierto aún que todos tenemos cosas que contar y aportar
al mundo y que si algo nos apasiona debemos cultivarlo. Ya se sabe
"qué difícil es vivir esta vida sin una pasión", ya sea el fútbol, la
moda o incluso las canicas (no seré yo la que cuestione los sueños ni las
pasiones de nadie, lo importante es tenerlas).
A mí me apasiona escribir y me encanta mi trabajo, los
RRHH. Soy primeriza en ambas cosas, y existen muchos gurús con años de
experiencia hablando del tema en la red, pero yo siento que tengo algo que
contar, algo que aportar de los Recursos Humanos en general y de los temas
que rondan en mi cabeza en particular (no muy diferentes a los de todos los
jóvenes).
Voy a abordar los Recursos Humanos desde un punto de vista
diferente, relacionándolos con la vida cotidiana, porque creo que en esta vida
todo se relaciona. Los Recursos Humanos van de personas, y "las
personas" es un tema que nos llega a todos, así que no tienes que
pertenecer al mundo de los Recursos Humanos para leer este blog... créeme,
pasa, lee, escucha y ya me contarás.