lunes, 10 de septiembre de 2012

La improductividad española o "el arte de alargar las jornadas hasta el infinito"



Supongo que todos conocéis esta fotografía, puede que esté algo trillada, pero retrata de forma muy irónica y divertida la cuestionada productividad de la empresa española (la verdad es que lo han bordado).

La productividad, según nos dice la RAE, es la relación entre los medios empleados y lo producido. Es decir, cuantos menos medios empleemos y más resultados obtengamos, mejor. Lo importante en las empresas, es conseguir los objetivos, y si éstos se consiguen con menos recursos, mejor que mejor. Entonces, ¿por qué en España alargamos las horas hasta el infinito y, sin embargo, no se llega a los objetivos? ¿Por qué estamos a la cola de Europa respecto a productividad? ¿Por qué somos el hazmereír de los demás países en este tema? ¿No os lo creéis? pues mirar nuestros amigos los suecos, que "simpáticos": la productividad española según los suecos.

El problema es que continuamos con un modelo propio de la Revolución Industrial (hora-hombre) que ya no sirve en la Era de la Información. En la realidad de hoy día, con la ayuda de las nuevas tecnologías, las redes sociales, internet y el teletrabajo, lo importante es, o debería ser, cumplir los objetivos propuestos y realizar un trabajo bien hecho, no pasar más horas delante del ordenador. Hay cada vez más empresas que lo tienen claro y así lo aplican, pero también quedan otras muchas que continúan ancladas en el pasado, dando más importancia a cumplir las horas, e incluso excederlas, saliendo sus empleados a las 11 de la noche de media (no, lo triste es que no, no estoy exagerando).

Tenemos que descansar, disfrutar de la familia, hacer deporte... en definitiva, vivir; para llegar al día siguiente con fuerzas renovadas que nos permitan enfrentarnos mejor a nuestras tareas y cumplir todos los objetivos de la jornada. Aprendamos algo de los suecos, que salen de trabajar  a las cinco de la tarde y son más productivos que nosotros, con el plus a nuestro favor de que a nuestras cinco de la tarde no es de noche, no hace -10 grados, nuestras tiendas siguen abiertas y aún nos quedarían 5 horas para ir a cenar (quien ríe el último ríe mejor).

Sé que todo esto puede parecerle a alguien una insensatez proponerlo con la crisis que tenemos encima, pero, de verdad, está comprobado, que con la jornada intensiva se aprovecha más el tiempo. Es simple, sabes que tienes menos horas para hacerlo todo, por tanto, te concentras más y lo haces más rápido. Si una persona entra a trabajar a las nueve de la mañana, es imposible que rinda al 100% hasta las once de la noche. Con esto no digo que un día no haya que quedarse trabajando hasta las once de la noche (o hasta las tres de la madrugada) si el proyecto, el cliente o el deadline lo requieren. Es decir, debemos tener empleados responsables y comprometidos con la empresa, que un día se queden hasta las tres de la mañana porque el proyecto así lo dicte, sin que haya que decírselo, sin que haya que imponérselo; pero que otro día de menos carga se puedan ir a las cinco de la tarde a ver el partido de baloncesto de sus hijos, sin que haya que decírselo, sin que haya que imponérselo (en la labor de padres, no nos metemos). Bromas aparte, esto es la flexibilidad.


El tema de alargar las jornadas hasta el infinito, no es sano, no es bueno, no es lógico, es una pérdida de tiempo, pero es que además es improductivo.


1 comentario:

  1. Nos has faltado durante un tiempo, pero ha merecido la pena la espera. Sigas así.

    AB

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