
Por un lado, desde un punto de vista práctico, me permitía explicar al mundo, que el blog iba a hablar principalmente de los Recursos Humanos. Pero, al mismo tiempo, aclarar que no me cerraba a otros posibles temas que pudieran surgir. Interrelacionados éstos, en mayor o menor medida, con los Recursos Humanos (pero tomando ellos, siempre, la voz cantante). Y todo esto se explicaba con sólo cuatro palabras, eso es lo que se llama economía del lenguaje, sí señor.
Y por otro lado, desde un punto de vista filosófico, me permitía plantear un debate más profundo acerca del nombre de la especialidad a la que me dedico. Debate que ya ha surgido espontáneamente en Twitter a raíz del título del blog. Sí, ya que algunos me preguntabais, puse el título conscientemente, porque desde que empezaron a interesarme los Recursos Humanos, me lo he planteado ¿Es realmente el mejor nombre para esta rama?
Algunos dirán que evidentemente los humanos no son recursos. Como decía un colega en el Twitter, “recursos son el gas, la electricidad, el petróleo… no las personas”. Las personas opinamos, nos realizamos, nos frustramos, sentimos admiración, empatía, o incluso envidia y celos hacía otros, nos enfadamos, reconciliamos, nos ayudamos y damos zancadillas mutuamente. “Somos humanos”, como se suele decir, juzguen ustedes mismos si eso es bueno o malo, ya que cuando utilizamos esta famosa expresión lo hacemos para justificar algún mal comportamiento de nuestra parte, como si ese escudo de humanidad nos permitiera cometer los más indeseables de los delitos, pero esa es otra historia que se nos escapa de este post por extensión y temática.
Cuando tachamos a las personas de recursos, las estamos comparando a los bienes o pertenencias que posee una empresa. Sin tener en cuenta todas nuestras características “humanas”, que siendo buenas o malas, al menos nos diferencian de las maquinas o de las materias primas.
Otros pensarán que no tenemos que ser tan quisquillosos o incluso “rayados”, como decimos los jóvenes. Que es sólo un término, una forma de llamarlo, no hay que darle tantas vueltas. La empresa necesita distintos tipos de recursos para alcanzar sus fines y uno de los recursos que necesita, el más importante a mi modo de ver, es el recurso humano Por tanto, no hay que echarse las manos a la cabeza por una cuestión meramente nominal. Además, no tenemos por qué considerar la palabra recurso empleada al hombre como tal, sino a recursos propios de él, que necesita una empresa para alcanzar sus objetivos: habilidad, fuerza manual, inteligencia, creatividad, etc.
Yo me sitúo en un término medio, no pienso que la cuestión sea tan radical como para cambiarle el nombre a una especialidad entera. Y Dios me libre de sugerirlo desde mi joven e inexperta opinión, a través de mi humilde blog. Sin embargo, desde mi pequeña y modesta parcela de actuación, me gusta, de vez en cuando, cambiar el nombre a candidatos, empleados, profesionales o trabajadores y meter en la conversación, como quien no quiere la cosa, la palabra PERSONAS.