Septiembre, época de nuevos proyectos, objetivos, trabajos, cursos y un largo etcétera de oportunidades. A los cuales debemos enfrentarnos con alegría ya que, como están las cosas, tenerlos es la buena noticia.
Por mi parte, ya tengo hechas las maletas. Comienzo una Beca en una gran empresa, oportunidad que no sólo me da la posibilidad de formarme en una firma número uno de su sector y líder en mi especialidad, los Recursos Humanos. También me da la oportunidad de salir de mi casa y poder experimentar lo que es vivir y trabajar en otra ciudad.
Ya lo hice el último año de carrera cuando cursé la Beca Erasmus en Inglaterra y, desde entonces, estaba deseando volver a repetir una experiencia fuera. No me malinterpretéis, adoro mi tierra, a la que llevo por bandera, en mi caso ayuda que ésta sea, nada más y nada menos, que Sevilla. Pero veo imprescindible salir fuera, aprender a hacer las cosas por ti mismo, conocer nuevos lugares, nuevas personas, nuevas caras, nuevas conversaciones… En fin, Sevilla es preciosa, pero el mundo también, y es muy grande y bonito para quedarte toda la vida en un mismo barrio.
De hecho, para mí una de las cuestiones que tiene más peso en una entrevista de selección es si la persona ha salido, se ha movido, porque eso te hace crecer mucho profesional y personalmente. Trabajar en Madrid puede abrirte muchas puertas y gran mucha proyección porque es la capital y, por tanto, donde se mueve todo lo más interesante. En otras ciudades a veces da la sensación de que no hay oportunidades, ni iniciativas, de que está todo muy parado.
Madrid tiene, como les pasa a muchas capitales, esa encantadora mezcla entre ciudad de todos y ciudad de nadie. Ciudad a la que llegas y te encuentras como en casa, ya que son tantas las personas que están en tu misma situación: las que vienen de fuera, las que están de paso (o para siempre, eso nunca se sabe), las que comienzan también nuevos trabajos, proyectos y sobretodo ilusiones. Madrid acoge a todos, y sobretodo acoge todos nuestros sueños porque aquí hay un espacio para cada uno de ellos.
Citando la preciosa canción de Sabina, una canción de amor y odio (como escuche que explicaba en una ocasión) es “Allí donde se cruzan los caminos”. Cruce de personas de todas las partes de España (y del mundo) que llegan a la capital con muchas ilusiones cargadas en la maleta. Eso sí, “donde el mar no se puede concebir”, esta parte de la canción es la que se lleva peor, pero todo no se podía tener. Bueno, para eso está nuestro querido sur, al que evidentemente habrá que volver de vez en cuando, no sólo cuando “la muerte venga a visitarnos” como nos dice el bueno de Joaquín.
Lo dicho, a partir de ahora podéis encontrarme en la capital, en la ciudad de todos y de nadie, en la tierra de los sueños y las oportunidades, en una ciudad de amor y odio, pongamos que hablo de Madrid.
P.D.- Aquí os dejo para que disfrutéis, la encantadora canción, triste y bonita a la vez, como la vida misma.
me encantaaaaaaaaa!!!enhorabuena por el blog!!lo estoy leyendo y me encanta!!!!!!soy guio
ResponderEliminarMucha suerte en tu nueva aventura. Aunque suelo leer el blog, es la primera vez que me aventuro a escribirte. Cada vez más me interesa este mundo de los RRHH y me gusta saber más de ello. Te seguiré en tu nueva etapa.
ResponderEliminarUn saludo,
@RafaBaez_
Muchas gracias Guiomar, puedes animarte y realizar un blog sobre tu aventura en Dublín y tu trabajo como Opper en un país extranjero. Podría servir a las chicas que están pensando irse y yo, por ejemplo, te seguiría incondicionalmente para ver cm te va!
ResponderEliminarY a ti Rafa, me he pasado por tu blog, ya veo que te encuentras en "ese momoento", en ese "amasijo de dudas" como tu lo llamas. Te deseo que encuentres tu lugar y si te interesan los RRHH, ¿QUE TE VOY A DECIR YO? a mi me han cambiado la vida. Suerte en tu vida personal y profesional y en todas tus equivocaciones, ;-)
Ops, me he topado con tu blog a través de twitter ya no recuerdo cómo, pero me ha llamado la atención ya que yo voy este año a estudiar un máster de RRHH también en Madrid! Al contrario que tú, soy del norte y también me da pena dejar atrás mi tierra pero creo que es necesario para poder madurar el dar un salto de esta magnitud y además a una ciudad como Madrid. Tengo 24 años y mi mente me pedía salir, hay mucha gente que no se atreve y se queda limitada, no quiero ser como esas personas, quienes han salido dicen que ha sido lo mejor que han podido hacer, yo quiero llegar a decir eso también :).
ResponderEliminarEspero que me vaya bien y no me coma la ciudad, sino que sea una experiencia muy instructiva, me haga sentir más segura de mí misma y saber lo que quiero hacer en mi vida.
Mucha suerte!