domingo, 10 de noviembre de 2013

De los errores y otras formas de aprender...


En el trabajo, como en la vida,los rehuímos, nos da pavor e incluso verguenza cometerlos, y lo que es peor, los ocultamos cuando caemos en ellos. Sí, hablamos de los errores.

Los errores son parte de la vida, somos humanos y los cometemos, cuanto antes lo aceptemos mejor, lo que marca la diferencia es saber gestionarlos. Para ello, vamos a conocerlos mejor, sólo sabiendo sus características podremos atacarlos; y, en último término, ya sabéis lo que dicen, si no puedes con el enemigo únete a él.




1) "Aprendo más de mis derrotas que de mis victorias"
A lo largo de la vida, desde que eres niño, te vas equivocando en múltiples ocasiones y eso te da la oportunidad de aprender. El problema es que cuando somos pequeños no tenemos miedo a equivocarnos, y conforme vamos creciendo nos aterra más y más. Pero, como ya dijimos una vez ¿qué es madurar si no un cúmulo de errores y equivocaciones que te sirvan para aprender y finalmente encontrar el camino justo?
Yo os puedo contar mi caso, por ejemplo. Empecé este blog hace ya más de dos años (¡parece mentira!) y titulé el primer post EQUIVÓCATE, ¿por qué? porque cuando me dieron este maravilloso consejo resumido en una sola palabra, sentí que comenzaba el principio de un ciclo. Lo llamaremos, la etapa del probar y del errar. En dicha etapa, probé y probé (hice unas prácticas en un despacho, volví al extranjero, hasta comencé a prepararme unas oposiciones)y erré, vaya que si erré. Pero en parte gracias a esos errores ahora puedo decir que tengo un trabajo que me gusta, me llena y me satisface (con sus escasas horas de sueño y conociendo el puente aéreo Sevilla-Valencia mejor que el pasillo de mi casa) pero que me recompensa con creces. 
Los errores son, como decía James Joyce, auténticos portales de descubrimiento, así que deberíamos temerlos menos y quererlos más, porque son, en último término, parte necesaria del aprendizaje. Y no sé vosotros pero a mí me gusta descubrir y me gustan los portales, así que suscribo la frase del escritor irlandés.
2) "Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra"

Una de las características del error es que es universal, porque todos, todos, cometemos errores. Lo que ocurre es que nos cuesta reconocerlo.


Es curioso, pero en los cursos que impartimos de "Atención al Cliente" tratamos un apartado de errores que se cometen en esta práctica. Siempre les preguntamos a los asistentes si les apetece compartir algún error memorable que hayan cometido en el trabajo. En un principio, miradas de confusión, se observan unos a otros con cara de "¿yo? yo no cometo errores, y menos, memorables". Entonces empezamos nosotros por contar algún error nuestro y a continuación siempre alguien se anima y luego un siguiente y otro y otro. Los errores se tornan cada vez más garrafales, grandes e incluso cómicos. Se disputan la palabra para compartir su error y luego reflexionamos sobre qué enseñanza les dieron.

Todos acaban perdiéndole el miedo a los  errores, porque el problema no es cometerlos si no, no aprender de ellos. Además, se dan cuenta de que todos, todos, sin excepción, cometemos errores. Y ya se sabe que mal de muchos...

3)"Fui el error de un prueba-error"

No hay método que dé mejores resultados que el famoso prueba-error o ensayo-error. Dicho método, como sabéis, consiste en probar una alternativa y verificar si funciona. Si es así, hemos llegado a la solución y si no (error), se intenta otra alternativa hasta que se llega.

Conocí una vez a un chico muy pragmático, como buen ingeniero. Era un gran defensor del método prueba-error como forma de aprendizaje. Procedía de una familia numerosa, era el mayor de cinco hermanos. Fíjate -me dijo una vez- que yo mismo nací de un prueba-error. ¿Cómo? -Contesté algo sorprendida. -¿No te has dado cuenta que todos mis hermanos son rubios con los ojos azules? eso es porque mis padres me tuvieron a mí y pensaron, a partir de ahora rubios y con ojos claros. Lo que yo te diga, fui el error de un prueba-error.

Además de que me hizo reír mucho con la anécdota, me sirvió para que ya nunca se me olvidara el famoso método. Ahora cada vez que escucho las palabras "prueba y error" me imagino camadas y camadas de niños rubios y guapos.

4) "Los errores no se eligen para bien o para mal"

Otra característica clara del error es que, como decía Coti en su canción, no se elige.

Desde el momento en el que los denominamos errores, no se eligieron conscientemente. Justamente, un error es un concepto de algo equivocado, tú querías haber hecho lo correcto o haber llegado a la solución óptima pero no fue así. Por lo tanto, es un acto involuntario y no elegible.

Así que, lo que Coti trataba de decir a su pretendienta en la famosa canción, era que no llamara a lo que había habido entre ellos error; porque había sido un acto consciente y elegido. Si ahora se arrepentía o no, era otro cantar (nunca mejor dicho); pero error, error que no lo llame. Quizás parece un poco exagerado ponerse así por una simple cuestión nominal, pero creo que Coti estaba bastante herido con la susodicha; y en cuanto a mí, ya sabéis mi romance con las palabras y mi obsesión por utilizar las adecuadas en cada momento. 

5) "El error no es el error, el error es no enmendarlo"
Cuando cometemos un fallo, ya sea en el ámbito profesional o personal, la persona afectada recordará el error, pero más recordará lo que hicimos por enmendarlo.
En el trabajo, lo primero que debemos hacer es identificar el error, si no lo identificamos es imposible que lo podamos reparar, así que si hace falta, preguntemos a nuestros clientes, colaboradores y jefes si hay algún error que hayamos pasado por alto. Una vez identificado, debemos  admitirlo, y hacernos dueños del error, es un acto de humildad que nos hará más libres. A continuación, pidamos disculpas y pongámonos manos a la obra para enmendarlo. Pensemos ¿qué quiere una persona que ha sido afectada por un error? ¿qué querríamos nosotros como clientes? que nos lo solucionaran ágilmente. Pues eso es lo que debemos transmitir, que estamos haciendo todo lo posible por corregirlo. Por último, no está de más tener un gesto con el afectado, por ejemplo, un servicio adicional que le haga sentirse especial y se vaya con un buen sabor de boca.
En la vida personal, vuelve al párrafo anterior y cambia "clientes, colaboradores y jefes" por "familiares, amigos y pareja"; y "servicio adicional" por "sonrisa sincera" o "ronda de cañas en el bar de siempre". Como es habitual, la vida profesional y personal no son tan diferentes como pensamos.
6) "No caer en el error de aprender siempre a base de errores"
Después de hablaros de las bondades de aprender a base de errores, me veo en la obligación de advertir que tampoco es bueno tomarlo como modus operandi. Esto es como todo, una copa de vino está bien pero la botella entera... (¿mejor? que diría mi amiga Julia cada vez que le digo esta frase). Bromas aparte, está bien aprender a base de errores pero en su justa medida.

Nuestro objetivo debe ser no cometerlos. Mi jefe siempre me dice que el objetivo en los documentos y propuestas que hago para los clientes es el cometer cero errores. Me lo ha grabado tan a fuego, que lo tengo en un post it delante de mi mesa "¡CERO ERRORES!". ¿Creéis que nunca voy a cometer uno gracias al cartelito? pues claro que cometeré, pero si pongo los cinco sentidos en que sean cero, acabaré cometiendo muy pocos o ninguno. Y lo que es seguro es que de esos pocos aprenderé para la próxima vez.
Os dejo esta tierna escena de la película "Un buen año", que habla de todo esto. Que la disfrutéis, que erréis, que enmendéis y que me lo contéis.
¿Algún error memorable que compartir?










5 comentarios:

  1. Me encanta cada post que escribes. Es un orgullo tener a una uga que se expresa tan bien y poder aprender de ella! Guio

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    1. Muchísimas gracias guio, el orgullo es mío. Mensajes como este son los que me hacen continuar...si puedo aportar algo aunque sea pequeñito a quien me lee. Un besazo

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  2. Un amigo mio muy aventurero cuando no logra sus objetivos siempre me dice que lo que no va a la cuenta al menos que cuente. Y es un poco un resumen de tu idea, que lo que no podemos apuntarnos como exitos siempre lo podremos cargar a la lista de anécdotas. Además, ¿cuantos grandes inventos han sido fruto de un grandísimo error? que se lo pregunten a Fleming por ejemplo ( si pudierámos ;P )
    Incluso te digo, poniendome un poco más tierna, que hay errores que besan tan tan bien.... Ay los errores!!

    Adriana
    :-)

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    1. Me gusta la filosofía de tu amigo y me ha encantado la frase, se la cogeré prestada alguna vez si me la deja :-) "lo que no va a la cuenta que cuente!"

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  3. Elisa, felicidades por este nuevo post. Es inevitable que me saques una sonrisa infinita cada vez que te leo.
    Adriana, ¿puedo tomar prestada yo también la frase de tu amigo?
    Un abrazo,

    Belén.-

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