martes, 17 de diciembre de 2013

Soy de grises...

Tengo un problema, o eso solía pensar. Mi problema es que soy muy de grises, de matices, que no me decido, que estoy en medio, vamos que el blanco y el negro, sólo los tengo como colores de fondo de armario.
Admiro a las personas que lo tienen todo claro, para el sí o para el no. Con una pareja, por ejemplo: “Sí, quiero pasar contigo el resto de mi vida hasta que la muerte nos separe” o “No, no te quiero ver el pelo ni en pintura, adiós, ciao, ciao, fue bonito mientras duró”. Pero, ¿y la enorme gama de colores que existe entre ese flamante “sí” , blanco nuclear y eso “no” , negro como el carbón. Creo que el motivo de que los hombres sean más racionales, coherentes y simples (simples, desde el cariño y la envidia, ¡ojala no fuéramos nosotras tan complicadas!) está relacionado con su incapacidad para distinguir más de tres colores (ya sabéis que ellos con los primarios se apañan bien). Pues, olé por ellos, que no se complican tanto la vida.

Yo me quedo siempre en medio, deshojando margaritas, contando ovejitas, dándole vueltas a las cosas una y otra vez. Y, la verdad, solía torturarme por ello, hasta que un día un amigo mío y gran coach me dijo: “enhorabuena porque te planteas las cosas”. La frase me tranquilizó, (por fin alguien me daba la enhorabuena por mi indecisa condición) y me motivó a buscar evidencias que avalaran la teoría de mi amigo (deformación profesional). Me puse manos a la obra y éstas son las que encontré.

#Evidencia nº 1: “La verdad es poliédrica”
La primera evidencia estaba escondida en esa gran revista semanal que acompaña todas las mañanas de domingo en mi casa al café y la tostada, desde que tengo uso de razón. Como ya he dicho alguna vez, pienso que nuestra personalidad se forja a través de pequeñas experiencias, estamos hechos de un trocito de aquella frase que nos inspiró, aquella canción que nos cautivó y aquella anécdota que nos marcó. Pues bien, creo que todos los jóvenes que hemos vivido en casas donde se compraba El País Semanal,  le debemos a sus artículos, reportajes y colaboradores parte de nuestra forma de ser y ver el mundo, dicho queda.
Precisamente en uno de esos artículos encontré mi evidencia. El problema de esta sociedad
–rezaba el artículo–. es que nos hacen creer que sólo existen verdades absolutas. La expresión más traumática de esta corriente, son los fanatismos. Los fanáticos, por ejemplo, nunca entenderán que una cosa puede ser una cosa y la contraria, la verdad es poliédrica.
#Evidencia nº2: “La búsqueda de equilibrios”
La segunda evidencia la encontré en una entrevista a una mujer a la que admiro, Isabel Aguilera. Sevillana, arquitecta de carrera, ha sido Directora de NH hoteles y de Google Iberia ,entre otras, y el Financial Times  la nombró como una de las 25 mejores ejecutivas europeas.

Le preguntaban por la relación entre su carrera con el mundo de la empresa y ella contestó: –La Universidad nos ayuda a pensar, a estructurar el razonamiento, a establecer relaciones, a conocernos a nosotros mismos.... pero no nos garantiza que vayamos a trabajar en lo que hemos estudiado. La vida cambia y aparecen cosas nuevas –estoy totalmente de acuerdo con ella, pienso que la Universidad te da las bases, la capacidad de esfuerzo, etc. pero al final los aspectos más técnicos y concretos de tu puesto de trabajo, dónde los aprendes es precisamente en él–.  Pero de todas formas –continuaba Isabel en la entrevista–  de la carrera de Arquitectura me queda mi obsesión por la búsqueda de equilibrios.

Me encantó la frase y me pareció muy acertada. Parece que Isabel también opina que en el punto medio está la virtud. Yo lo extrapolo a mi caso, diría que de la carrera de Derecho me queda la búsqueda de la justicia, y ¿no es justamente el símbolo de la justicia esa balanza que intenta siempre equilibrar? al final , como veis, todo se conecta.
 
#Evidencia nº3: “Nunca he querido tener una casa en la playa”
La tercera evidencia la encontré en una conversación con la madre de un amigo. Mi amigo le comentó que yo era la nieta de Plácido Fernández-Viagas.

–Era un gran político y un gran hombre –dijo ella.
–Venga mamá, si tú eres más del PP… –Añadió mi amigo en tono jocoso.   
–Eso no es así –replicó la madre un tanto molesta–. Puede que yo tienda más a la derecha pero sé reconocer cuando un político es bueno. Además, sabes que nunca he sido de ningún partido político, de ningún equipo de fútbol, al igual que no he querido tener nunca una casa en la playa.
La verdad es que le estaba siguiendo su discurso hasta el dato de la casa en la playa, que me descolocó por completo. Sin embargo, un tiempo más tarde lo comprendí. Lo que la madre de mi amigo quería decir era algo así como que no se casa con nadie, que no se ata. Hay muchas cosas interesantes ahí fuera como para atarte a una sola condición, a una única ideología o a un mismo lugar donde pasar el periodo estival todos los años ¿por qué no?
#Evidencia nº4: “No se me da bien tomar decisiones”
Un día conversaba con uno de mis jefes sobre la vida y sobre si estaba ya en una edad en la que se debía sentar cabeza (expresión que odio) o no.
–Creo que no se me da bien tomar decisiones –le dije–. En el terreno personal me refiero, en el profesional las tomo ¡estupendamente! –añadí a toda prisa cuando caí en la cuenta que la Toma de Decisiones es una de las competencias por las que se me evalúa. Bromas aparte, él me contestó que me entendía, que era joven, que si no estaba segura de algo cien por cien era normal; que aún me quedaban años para probar y disfrutar, que aún era pronto para decantarme por una opción.
Al final me va apasar como a la chica argentina que está revolucinando las redes con su corto. Ella sometió sus "opciones" a porcentajes, pero como veis, tampoco se esclareció nada. Y es que cómo sometamos nuestra vida a porcentajes o a una hoja de excel, poco vamos a sacar en claro.
#Evidencia nº5: “si no te entienden cuando dudas, el que no duda si lo lleva crudo”
La última evidencia me la dio una persona muy especial para mí. Nos estábamos intercambiando unos mails filosofando sobre este tema, y él me escribió:

Bueno, como consuelo a todo esto te puedo dejar una frase que a mi me ayuda, para que veas que el tener dudas de alguna forma te puede hacer sentir "guay": « The fundamental cause of the trouble is that in the modern world the stupid are cocksure while the intelligent are full of doubt. »
 
La frase a grandes rasgos quiere decir algo parecido a lo que canta esta bonita canción:  “si no te entienden cuando dudas, el que no duda si lo lleva crudo”

Pues eso, sufriremos más, le daremos más vueltas a todo, pero también nos replanteamos más las cosas; y en último término, como  decía mi amigo, podemos sentirnos más guays. Desde luego el que no se consuela es porque no quiere.
                                                                        ¿Y tú, eres de grises?



3 comentarios:

  1. Ya lo sabes. Yo también soy de grises. Y muy de frases, amiga mía. Me gustaría compartir contigo una que siempre me hace sentir bien en mi gris, pero me anima a la toma de decisiones... a ver qué te parece:

    "El hombre que pretende ver todo con claridad antes de decidir, nunca decide."

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  2. No me voy sin decirte que te superas cada día con el blog. Comparto tu entrada porque me ha llegado particularmente.

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  3. Espectacular reflexión Elisa, creo que hay veces que es necesario ver la vida como un "mero espectador"; esto no implica que no seamos protagonistas absolutos de lo que en ella ocurra, pero sí que....merece la pena que paremos el tiempo y nos "tomemos un café con nosotros mismos"...disfrutando de la melodía que suene en lo más profundo de nuestras emociones.

    Mis manos están vacías de verdades, no busques en ellas más que la duda de saber que no existe duda si no, el la incertidumbre del placer (tal cual me ha venido)...gracias por inspirarme con tus reflexiones.

    -Nacho Castillo- admirador de la duda (creo...;-) no estoy seguro...jeje

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